jueves, 11 de octubre de 2007

Cuando no nos ve nadie.

Hay veces que nada de lo que hacemos, ni de lo que nos rodea parece tener sentido alguno; siempre nos empeñamos en buscarlo, en encontrarle una mínima razón para seguir, para luchar un poco más. Para que si la muerte nos encuentra, pensemos que ha merecido la pena, que hemos sido felices. Para que no nos pille gimoteando en una triste esquina.
Quizá la única razón válida sea precisamente esa; continuar luchando sin descanso hasta el final; porque no hay mejor razón que no tener una. Quizá nuestra misión sea sobrevivir sin más, aprovechar cada instante y demostrar que se puede prescindir de religiones, de sueños efímeros que se van como las nubes y cambian de dirección con el viento. De las necesidades absurdas que nos crean y dejamos que nos creen; de los cuentos de hadas y de dragones y príncipes azules. Porque las razones son para los débiles que se derrumban en cuanto carecen de ellas. Porque sólo necesitamos un leve aliento; un mínimo soplo de vida para levantarnos y pelear como feroces guerreros. Somos un inmenso ejército que lucha sin motivos, sin líderes o banderas.

Aunque en ocasiones sentimos la necesidad de encender unas velas, acurrucarnos en la penumbra hasta casi desaparecer, y derramar unas lágrimas cuando no nos ve nadie.

6 comentarios:

Los amantes de la poesía dijo...

Cuando no nos ve nadie solemos ser nosotros mismos, y quizá consista en ser nosotros mismos todo el tiempo.

Bertix dijo...

Cuando nadie me ve ... también derramo lágrimas, también enciendo velas, también busco razones. Cuando nadie me ve ....

chicaconsombrero dijo...

Camino dos pasos y ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y ella se aleja diez pasos.
Es como el horizonte, inalcanzable...
y entonces, ¿para qué sirve la utopía?
para eso sirve... para seguir caminando.


La utopía, Eduardo Galeano

Anónimo dijo...

soy débil: mi razón es buscar una razón para seguir buscando



siempre, al otro lado de todo,
está la sed

y la sed es búsqueda
y razón
y tracción




precioso universo el tuyo
gracias

B.

Anónimo dijo...

Tal vez, hagamos todo eso, porque simplemente... somos humanos.

Sentimos: gozamos y sufrimos. Y en ambos casos, -y creo que es una ventaja-, podemos hacerlo cuando sí nos ven y cuando no nos ven.

:)

besoss!!


-galilea-

Anónimo dijo...

Cuando no nos ve nadie, todos sacamos nuestros fantasmas... los sacamos escribiendo, cantando, pintando, gimiendo, llorando y llorando... y lágrima tras lágrima vamos viendo la luz en la oscuridad, vemos cómo hay personas que aun sin vernos están con nosotros en alma y sentimiento, vemos cómo escriben y cómo son cómplices de nuestro dolor, amargo muchas veces y dulce muchas más. Por todo esto Gracias de corazón...
Te dejo mi mail (stravagantza@hotmail.com) y mi firme intención de hacer un viaje conjunto para ver a nuestro príncipe de las tinieblas.
Te dejo también una lágrima, pero ésta de emoción... ya sabes que hay días en que se ve todo peor, sobretodo si el café no suple el sueño perdido.

"Entre el dolor y la nada, elegí el dolor"
Nacho Vegas

Stravagantza, La Trágica Condesa de Orlok
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