miércoles, 31 de octubre de 2007

A distance there is.

Pensé que no volvería y después de tanto tiempo he vuelto a escucharla. Mis fantasmas comenzaban a calmarse cuando oí su voz... su dulce y triste voz. Se metió en mi cabeza; consiguío desarmarme con unas pocas palabras, como hizo siempre. Se estremeció mi cuerpo, mis defensas se derrumbaron, mi respiración se tornó entrecortada y se derramaron mis lágrimas. Mi corazón de cristal se quebró. Y volví a caer al fondo de mi eterna oscuridad.
Si la encuentran en un callejón oscuro no le den la espalda, al menos ella les hará sentir algo una vez más.


Siempre ella.
Liv Kristine.


jueves, 25 de octubre de 2007

Noches frías.

Las tinieblas de mis entrañas permanecen aún cuando lucho por diluirlas con haces luminosos de timido candor humano. Día tras día. Noche a noche vuelven a ganarme, sin que nada logre disiparlas. Si pudiera vencer una sola vez ésta eterna agonía que me consume por dentro; ésta amarga certidumbre que se solidifica en el transcurrir del tiempo perecedero; no dudaría en confiar de nuevo, en sentir y en soñar. Y en amar. Ya no tendría miedo. Sólo luz en mi penumbra.

lunes, 15 de octubre de 2007

Fuera-Dentro, Siento y muero.

Sentado en un rincón,
arrodillado.
Desnudo por fuera. Desnudándome por dentro.
Pienso.
Siento.
Desespero.

Siento.
Rábia, fuego.
Dentro.
Araño mi piel.
Fuera.
Me quemo dentro.

Frío. Sudor.
Mi piel ennegrecida palidece.
Se lamenta. Se estremece.
Fuera.

Mi corazón sufre, muere.
Llora por mis ojos.
Llora por mi muerte.
Dentro.

Mi mente me piensa despierto.
Hiere.
Sangra. Enloquece.
Dentro.

Al fin mi cuerpo se rinde.
Cae.
Perece.
Fuera muere.

Dentro desaparece.

jueves, 11 de octubre de 2007

Cuando no nos ve nadie.

Hay veces que nada de lo que hacemos, ni de lo que nos rodea parece tener sentido alguno; siempre nos empeñamos en buscarlo, en encontrarle una mínima razón para seguir, para luchar un poco más. Para que si la muerte nos encuentra, pensemos que ha merecido la pena, que hemos sido felices. Para que no nos pille gimoteando en una triste esquina.
Quizá la única razón válida sea precisamente esa; continuar luchando sin descanso hasta el final; porque no hay mejor razón que no tener una. Quizá nuestra misión sea sobrevivir sin más, aprovechar cada instante y demostrar que se puede prescindir de religiones, de sueños efímeros que se van como las nubes y cambian de dirección con el viento. De las necesidades absurdas que nos crean y dejamos que nos creen; de los cuentos de hadas y de dragones y príncipes azules. Porque las razones son para los débiles que se derrumban en cuanto carecen de ellas. Porque sólo necesitamos un leve aliento; un mínimo soplo de vida para levantarnos y pelear como feroces guerreros. Somos un inmenso ejército que lucha sin motivos, sin líderes o banderas.

Aunque en ocasiones sentimos la necesidad de encender unas velas, acurrucarnos en la penumbra hasta casi desaparecer, y derramar unas lágrimas cuando no nos ve nadie.

domingo, 7 de octubre de 2007

Tenga o no sentido.

Siento que me enciendo cuando te veo,
cuando te siento a mi lado,
con tu dulce sonrisa y tu mirada perdida.
Tus sueños locos son mis sueños perdidos.

Te siento tan cerca que sé que nada puede separarnos,
estoy seguro.
Sin embargo sucede.
Llega un día cualquiera y me siento vacío.
Por mi culpa...
Por tu culpa...
No importa, las culpas sólo hacen mas daño.

Ya no cuento contigo,
aunque cuento.
Aunque no quiera contar.
Ya no pienso en lo nuestro,
sólo en lo mío.
En lo tuyo.
Se abren abismos entre los dos.
Por suerte seguimos construyendo puentes para abrazarnos.
Aunque no tenga sentido.
Aunque tenga sentido.

Te quiero.
Que raro sonaba al principio.
¿Te acuerdas?
Que normal suena ahora. Al final.

Tú también me quieres,
me doy cuenta porque me sonries como siempre.
Me miras como siempre.
Tenga o no sentido.

Los principios siempre son hermosos,
los finales son más complicados.
Quizá un final hermoso valga cien principios.

Sé que en la distancia siempre vamos a estar juntos,
porque los kilómetros,
o el paso tiempo,
no podrán borrar nuestra sonrisa al recordarnos.

Ni el cariño.
Eso nos dejamos.